4) Soplados por el viento solano:




En el año 1846 se descubrió en la antigua ciudad asiria
de Nimrod un obelisco de basalto color negro que se convertiría en la llave para seguir las huellas de la descendencia del norteño reino de Israel(Efraín), cautivo y exilado por el emperador asirio Sargón II en el 722 A.C.

Este reino norteño - también conocido por el nombre de su ciudad capital: "Samaria" fundada por el rey Omri - se había separado del reino de Juda en el 930 A.C. - por determinación de YaHVéH (1 Reyes 12:23-24) - y se componía de diez tribus lideradas por la tribu de Efraín. Este era el primogénito elegido de Jacob, luego de haber desechad a Ruben, el primogénito natural, por su comportamiento inmoral (Génesis 49:4; Jeremías 31:4). Al sur - comprendiendo a la ciudad santa de Jerusalem - había quedado entonces el reino de Juda con las dos tribus restantes: Juda y Benjamin, bajo la lideranza excluyente de Juda. De modo que al norte estaba "Efraín" y al sur "Juda" y así nombra la profecía al colectivo de la descendencia de cada uno de estos dos reinos resultantes de la partición del único Reino de ISRAEL original de David y su hijo Salomón, el reino davítico arquetípico, también llamado “Tabernáculo de David” en la profecía.

Y las "diez tribus" que integraban el reino norteño son también llamadas por la tradición popular: "las diez tribus perdidas de Israel", debido a que no se sabía cual había sido su destino luego del exilio asirio. Pero este destino desconocido es precisamente lo que podemos discernir con la llave que nos provee el obelisco negro de Salmanasar III, fechado en el año l 841 A.C..

En el aparece el rey Jehu, un rey del norteño reino de Israel(Efraín), que como Omri fue cabeza de una dinastía, trayendo tributos al emperador asirio Salmanasar III. En ese entonces - siglo noveno antes de Cristo - el reino de Samaria – Israel(Efraín) - se había unido al rey Hazael de Damasco en contra del emperador de Asiria Salmanasar III. Pero la coalición había sido derrotada por el asirio. A consecuencia de esto, el rey Jehu de Israel(Efraín) tuvo que llevar tributos al emperador triunfante lo que fue registrado en un obelisco conmemorativo. Este es el que fue encontrado en la ciudad de Nimrod (hoy ubicada en Irak) en 1848, y que por ser de basalto oscuro fue llamado "obelisco negro de Salmanasar III".

En el se puede leer la siguiente inscripción:

"Tributo de Jehú, hijo de Omrí: recibí de él plata, oro, un cuenco de oro, un recipiente de oro, copas de oro, cubos de oro, estaño, un bastón para la mano del rey y venablos"

Y esta es la pista que permitió identificar con toda certeza a los "hijos de Israel" o "casa de Israel" en su peregrinaje luego de desaparecido el Imperio Asirio: allí se hace referencia a los "hijos de Israel"/"casa de Israel”, o sea la población del reino de Israel(Efraín) como "hijos de Omri". Y como una prueba de la pertinencia bíblica de este nombre se lee en Miqueas 6:16:

"Porque los mandamientos de Omri se han guardado,
...y en los consejos de ellos anduvisteis,
para que yo te pusiese en asolamiento,
y tus moradores para burla.
Llevaréis, por tanto, el oprobio de mi pueblo".

Este pasaje afirma que el "asolamiento" decretado por YaHVéH al reino de Israel(Efraín) se debió a que siguieron los "mandamientos de Omri", un rey que fue cabeza de una dinastía anterior a la de Jehu y que dio inicio al modelo de éxito económico vinculado a la idolatría de los dioses fenicios Baal y Astarté. Este modelo maduraría por completo en el reinado de Jeroboam II, años después, provocando la ira de YaHVéH y su juicio de excomunión y destierro a partir de los oráculos de Oseas y Amos.

Es entonces una verdad histórica establecida que las llamadas "diez tribus perdidas de Israel" fueron el colectivo que la historia recoge con el nombre de "hijos de Omri", nombre que luego derivó por corrupción del lenguaje en "kimris" y mas tarde en "cimerios". Y estos, junto con los "escitas" (que también pertenecen a la "casa de Israel", con su nombre derivado de "moradores en sucas" o tiendas) ocuparon después de la desaparición del imperio asirio las extensas planicies transcaucásicas y luego se dirigieron hacia occidente, moviéndose siempre al norte del Danubio que era el límite norte del Imperio Romano. Esto fue a partir del siglo V A.C., y "cimerios" y "escitas" se mezclaron con tribus indoeuropeas (nota1) que marchaban en la misma dirección desde siglos antes formando un conjunto multiétnico y variopinto, culturalmente abierto y flexible, que sin embargo encontró un punto de encuentro y ensamble cultural en la misteriosa “religión de los druidas” que lo abarcaba todo.

Estas poblaciones mezcladas cubrieron una inmensa extensión geográfica, desde las islas Británicas, en el extremo noroeste (que fueron la cabeza de esa cultura), hasta el Asia Menor (Galacia), pasando por la actual Francia, los territorios al norte del Danubio (el centro y norte de la Europa actual), y penetrando hacia el sur por el norte de los territorios peninsulares de España e Italia.

A estos pueblos en continuo movimiento así conformados, los romanos llamaron "galos" (por su aspecto colorido y belicoso) y los griegos "keltoi" (nota 2), expresión que mas tarde se decantó en "celta".

* breve reseña sobre la "religión de los druidas"

Fueron los "cimerios" los que proveyeron la casta sacerdotal de los "druidas" que lo eran todo en el "mundo celta": científicos, astrónomos, médicos, sacerdotes, filósofos, jueces y preceptores de la juventud. Relatos sobre su personalidad, siempre envuelta en misterio, cuentan que su mera presencia podía detener una batalla entre dos tribus celtas enemigas, por enconada que esta fuera. Esta indiscutida autoridad e influencia de los “druidas” lo penetraba todo en el "mundo celta" y por eso eran el elemento de cohesión - la columna vertebral - de una cultura tan plural, multiétnica y extendida territorialmente. Sin este aglutinante – y debido a la vocación por la guerra que hacía al “modus vivendi” del “mundo celta”, este se hubiera fragmentado en mil pedazos.

Como todo en el mundo celta, la "religión de los druidas" era una mezcla de componentes contrapuestos: idolatría, magia, superstición, animismo, pero tenía sorprendentemente en su sustracto mas intimo algunos elementos que parecían provenir de una religión superior (como lo reconocieron autoridades cristianas de la época). Así, su doctrina ideal desprovista de hojarasca, se apoyaba en esta triple base:

*un Dios único,
*la Inmortalidad del alma,
*la recompensa o el castigo en la otra vida.

Y aquí tocamos - para nuestra sorpresa – elementos de la religión de Israel. Por otra parte, todo en el "mundo celta" estaba organizado en triadas a las que la "religión de los druidas" atribuían un valor sagrado. Este hecho facilitó la asimilación rápida de la fe cristiana portadora del dogma: tres Personas en un Dios único: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Así, lo que otros percibieron como una dificultad y una paradoja para ellos fue claro desde el principio.

Quiere decir que esta parte “sana” de la contaminada "religión de los druidas" permitió contactar con la fe cristiana y convertirse a ella con relativa rapidez, antes incluso que el Imperio Romano la aceptara a partir de Constantino. Este es un punto que solemos olvidar o nos lo han enseñado mal. Y entonces los “celtas” abandonaran sus practicas mágicas y adivinatorias que contaminaban su fe ideal (o las subordinaron completamente a su nueva fe) cuando sus oídos escucharon a los enviados de YeshuaHamashiaj, nuestro Señor Jesucristo, Algo había en sus palabras que le calentaba el corazón y los llenaban de certezas interiores. E iluminaban con un maravilloso significado – como se dijo - a su "triada sagrada" que expresaba la esencia de todo. Y así, muchos "druidas" se convirtieron en fieles obispos de la "Iglesia Celta" que fue anterior a la Iglesia de Roma e independiente de ella hasta el año 664 de nuestra era. Este misterio de la conversión de los poderosos druidas y la “cultura celta” al cristianismo es uno de los mayores misterios de la historia. Y la cristiandad nació de ese misterio que sería inescrutable si no se sabe quienes fueron los “celtas” antes de su permanente peregrinaje y cual fue el plan de búsqueda y rescate de los “hijos de Israel/”casa de Israel/”Efraín” diseñado por YaHVéH que esta claramente revelado en la profecía.

Visualicemos que la conversión de los “celtas” abarcó enormes poblaciones que contenían la descendencia del norteño reino de Israel(Efraín), es decir: los pueblos llamados en la historia "hijos de Omri" /"kumris"/"cimerios"/"celtas". Esta conversión cambió para siempre la historia de la humanidad, y la conversión de las poblaciones del Imperio Romano fue la culminación de este proceso que dio fundamento a la “cristiandad” forjada en la llamada “Edad Media” (sin desconocer las tensiones y luchas entre los diferentes pueblos que la componen). Era el portentoso resultado de la irrupción en la historia de la "pura gracia" prometida a los "hijos de Israel(Efraín)" en Oseas 14:4, entre otros pasajes:

" Yo sanaré su rebelión,
los amaré de pura gracia;
porque mi ira se apartó de ellos".

El cristianismo o la “fe de los apóstoles” fue la “operación rescate” para un pueblo ya muerto para Dios/Elohim que al escuchar el evangelio volvía a la vida - como el hijo prodigo al caer en brazos de su Padre - y adquiría el compromiso de volver a “casarse” al final de los tiempos con el Dios/Elohim del cual se habían “divorciado” y la herencia legal de sus antiguos dominios.

* “zarandeados” y “mezclados” en el exilio occidental y la promesa de retorno a su tierra al final de los días.

Estamos afirmando entonces que estos pueblos que se movían como "almas en pena" de una lado hacia otro, buscando muchas veces la muerte en combate – y que los griegos llamaron “celtas” y los romanos “galos” - contenían en su seno a la descendencia de los "hijos de Israel"/"casa de Israel"/”Efraín” desterrados en el año 722 A.C. de la región de Samaria, al norte del territorio del Israel bíblico. Esta es la gran revelación que debemos entender para visualizar correctamente el evangelio en la historia y los eventos de estos días. A ellos se refirió nuestro Señor como “las ovejas perdidas de la casa de Israel”, y dio instrucciones a sus apóstoles para que les sirvieran el evangelio sin demora y preferentemente. Y el hecho de que estos pueblos fueran mezclados y multiétnicos confirma también la palabra profética que condenó a Israel(Efraín) a ser "zarandeado" y "mezclado" con las naciones. Veamos en donde se hace esta importante afirmación paradójica y dolorosa para un pueblo que había sido separado de las naciones en las faldas del Sinaí y tenían el orgullo de ser una elección especial de YaHVéH. Leemos en Amos 9:9:

"Porque he aquí yo mandaré
y haré que la casa de Israel sea zarandeada
entre todas las naciones,
como se zarandea el grano en una criba..."

Y en Oseas 7:8:

"Efraín se ha mezclado con los demás pueblos;
Efraín fue torta no volteada."

A ese pueblo mezclado portador de varias etnias pero llevando en sus genes la simiente de Abraham es que nuestro Señor envió el evangelio de Salvación/evangelio del Reino. Eran israelitas “gentilizados”, indiferenciados con los pueblos del mundo, y olvidados de su pasado, y que – sin embargo - con el evangelio sentían que algo les reverberaba en su espíritu al que el Espíritu Santo no cesaba de testificar. Y así, esos pueblos peregrinos y permanentemente insatisfechos reconocieron y adoraron como su Señor y Dios a un israelita sacrificado en lejanas tierras que sin embargo sentían familiares. Y abandonaron para siempre la omnipresente “religión de los druidas” que era lo único que les daba sentido histórico, filosófico y religioso, su propio ser. ¿No es esto maravilloso? ¿No es una voltereta mortal incomprensible? ¿Cómo pudieron los orgullosos e indómitos “celtas” renunciar a todo cambiándolo por el Dios de Israel? ¿No percibimos la mano de Dios/Elohim en la historia yendo a buscar y rescatando al caído y sucio del lodo del muladar para volverlo a casa?.

Ahora bien, la permanente deriva occidental que llevó a los “hijos de Omri” /"hijos de Israel"/ "casa de Israel"/ ”Efraín” de las planicies transcaucásicas hasta las "islas" (las Islas Británicas), las "costas" (las de Francia y España sobre el Atlántico) y las "extremidades de la tierra" (el continente americano), según el preciso en lenguaje de Isaías y Jeremías, es una confirmación impresionante de la palabra profética. En Oseas 13:15 se lee:


"... vendrá el solano,
viento de YaHVéH;
se levantará desde el desierto,
y se secará su manantial,
y se agotará su fuente..."

El "solano" era un viento seco de la geografía de Israel que provenía del desierto y soplaba de este a oeste. Este fue el viento profético que "secó" primero el apostata reino de Israel(Efraín) y luego lo "soplo" hacia occidente.

Y la profecía confirma que la dirección principal del errabundo Efraín fue hacia occidente porque en Oseas 11:10 se afirma que un remanente de los "hijos de Israel(Efraín)" volverían a su tierra al final de los tiempos desde el occidente:

"En pos de YaHVéH caminarán;
él rugirá como león;
rugirá, y los hijos
vendrán temblando
desde el occidente".

Estamos entonces en medio de una voltereta planetaria: ante nuestros ojos una parte del ISRAEL davítico que en su mayoría fue obligada a marchar hacia occidente después del año 722 A.C. ahora es atraída de nuevo como un imán a la tierra desde donde fue expulsada hace 2.700 años. Esto es un pororoca histórico de dimensiones colosales que provoca - y seguirá provocando con mayor intensidad - estruendo en las naciones. Es decir, lo que existe detrás del ruido en Oriente Próximo y Oriente Medio, de sus marchas y contramarchas y su paz imposible, es el inicio de la remodelación radical y definitiva del mundo y de la historia. Esto incluye la desvalorización de la política, ya que la democracia no será el régimen político del futuro, ni las Naciones Unidas la institución internacional todopoderosa que garantice la paz y justicia del mundo futuro. Ambas cosas – democracia y Naciones Unidas - necesitan consumirse aunque esto nos resulte ahora paradojal. Por eso veremos muchos fracasos políticos en los países democráticos centrales y la clamorosa ineficacia de las Naciones Unidas a los ojos de un mundo que terminará desapareciendo en medio de un caos planetario. Así también, el desorden del clima (del que hablaremos en un artículo posterior) es funcional a esta voltereta que lo remueve todo y hace que ningún lugar en el mundo sea seguro y estable. El proceso que culminará con el retorno del remanente prometido al final de los tiempos - de la mano del León/Pastor - está compuesto por estos múltiples elementos históricos, políticos, de violencia social, climáticos y de economía global que se aguzarán más y más. Son los dolores de parto cuyas contracciones pueblan de violencia los noticiarios ante los ojos cauterizados de los espectadores globales. Es el Exodo Mayor de Israel que se anuncia, como las 10 plagas de Egipto antecedieron el éxodo hacia la libertad de los comandados por Moisés, siervo de YaHVéH. Es el Reino de los Cielos que se ha acercado y que puede percibirse detrás de la ebullición, colisión, implosión, fusión y fisión, de las estructuras de un mundo que está condenado a su extinción (2 Pedro 3:11-12) como lo estaba el reino de Jeroboam II, que fue su tipo. Enfocaremos mas adelante algunas de estas cosas.

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(nota 1) los indoeuropeos no son un pueblo especifico, sino una hipótesis de trabajo a partir de la comprobación del parentesco de las lenguas habladas desde Inglaterra a la India. En el siglo XVIII Sir William Jones descubrió que la lengua sánscrita, el latín y el griego tenían un antepasado común. Mas tarde se incluyeron las diferentes lenguas "celtas" dentro de la familia indoeuropea que es un concepto algo difuso.

Esta denominación tiene el inconveniente de que parece indicar que los pueblos que en diferentes oleadas fueron invadiendo los territorios de la hoy Europa provinieron de la India. Pero no fue desde allí que se desplazaron hacia occidente, sino de las estepas transcaucásicas. Mas bien desde allí, de las planicies transcaucásicas, migraron poblaciones también hacia la India. De ahí el parentesco de las lenguas.

Véase que este esquema es coherente con el relato bíblico que establece que la población mundial provino de los descendientes de los hijos de Noe: Sem, Jafet, y Cam.

Las planicies transcaucásicas se encuentran al norte del monte Ararat que es en donde se detuvo -y aun se encuentra - el Arca al final del diluvio. Y hacia ellas se dirigieron los hijos de Jafet. A estos pueblos fue que se unieron los "hijos de Omri" a partir del siglo V A.C. dándoles cohesión, personalidad y contenido como se explica mas arriba. De esta mezcla y de su deriva occidental provienen las diferentes naciones de la actual Europa.

Esto parece ser el cumplimiento de Génesis 9:27:

"Engrandezca Dios a Jafet,
y habite en las tiendas de Sem"

(nota 2) es muy interesante el hecho de que "keltoi" en griego significa "conejo", y una de las características de estos pueblos fue su prodigiosa reproducción. En Oseas 1:10 leemos que "será el número de los hijos de Israel como la arena de la mar, que ni se puede medir ni contar".

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