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EL DESTINO DE LOS REDIMIDOS:
¿EL CIELO O LA TIERRA?

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Los que hemos sido introducidos al cristianismo durante la niñez, fuimos enseñados a creer con fe simple que había que intentar ser “bueno” – guardar los mandamientos de Dios - para “ir al cielo”. Y advierto al lector que pienso que se nos dijo la verdad. Y como niño me preguntaba confusamente como sería “el cielo” sin poder – ni intentar - llegar a una conclusión definitiva. No obstante me parecía que era el mejor destino posible para ir después de la muerte.


Mas tarde percibí que en el AT no se habla de “el cielo” en los términos simples de nuestra niñez. Se afirma por lo contrario que el Propósito final de Dios/Elohim para los redimidos – “los buenos” - es el retorno a Sión. Se dice de muchas maneras: “el remanente volverá” a la tierra de donde fue echado: Sión. Una nueva palabra y un distinto destino. Esto es, en el AT no se habla de “ir” a algún lugar mas o menos etéreo – según yo concebía confusamente al cielo - sino de “retornar” a un lugar que parece estar aquí en la tierra y en donde ya estuvimos. ¿Había entonces dos afirmaciones contradictorias en la Biblia para algo tan importante como el destino de los que cumplen la voluntad de Dios en sus vidas? ¿Unos irían al cielo y otros retornarían a Sión?


El apóstol Pablo se refiere al remanente en Romanos 9:27-28:


“También Isaías clama tocante a Israel:
Si fuere el número de los hijos de Israel
como la arena del mar, tan sólo
el remanente será salvo;
Romanos 9:27-28


Pero el pasaje que el apóstol cita de Isaías dice:


“El remanente volverá…
Porque si tu pueblo, oh Israel,
fuere como las arenas del mar,
el remanente de él volverá…”
Isaías 10:21-22


De modo que el apóstol Pablo equipara “ser salvo” con “volver”, no con “ir al cielo”. De nuevo la confusión. La RAE define “remanente” como: “aquello que queda de algo”, se entiende que una porción muy pequeña de la cantidad original (nota 1). El “remanente de Israel” es una cantidad pequeña del todo formado por ISRAEL y sabemos que la simiente de Abraham – Isaac y Jacob - cubrió toda la tierra, fue zarandeada en todas las naciones, luego de que la “casa de Israel” fue expulsada de Samaria y luego la “casa de Judá” también fue a la diáspora, el desierto de las naciones. En particular la descendencia de la “casa de Israel” cubrió la tierra y es el origen de todas las naciones de la cristiandad. Y de ese enorme redil que cubre toda la tierra la predicación del evangelio seleccionó a las ovejas que tienen oído para oír y reconocen la Voz de su Pastor, es decir, a aquellos que por fe son lavados por la sangre del Cordero derramada en la cruz.


Pero ¿cual es el destino eterno de este grupo selecto ya sea que lo llamemos “remanente”, “redimidos” o, en el lenguaje de la niñez, “los buenos”: ir al “cielo” o “retornar” a ese lugar aparentemente de coordenadas terrenales llamado “Sión”? Vamos a eso:

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*el cielo


En nuestra cobertura carnal no discernimos claramente lo que es el cielo. Pablo fue llevado allí y no tuvo palabras para explicarlo. Pero sabemos que es el lugar en que Dios/Elohim – YaHVéH - mora. En el salmo 2:4 se habla de Él como “el que mora en el cielo”. Y si el Creador de todo lo visible e invisible mora en ese lugar de eterna adoración, deducimos que todo allí tiene una naturaleza espiritual ya que Él es Espíritu. Y que en presencia del Tres Veces Santo no puede haber nada corrupto o impuro. Estas son conclusiones obvias. Pero hay algo que - luego veremos - tiene su interés aunque también parece obvio: siempre se nos presenta en visión a Dios/Elohim – YaHVéH - como sentado en su Trono que está en el Templo celestial:


“...vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime,
y sus faldas llenaban el templo”
Isaías 6:1


De modo que haciendo una síntesis de las cosas que fácilmente podemos discernir como pertenecientes al cielo tenemos:


1) es el lugar en donde Dios mora,
2) todo tiene allí una naturaleza espiritual
3) nada impuro o corrupto puede entrar en el
4) el Trono de Dios está en el Templo.

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* la Sión en Gloria venidera


Ahora bien, en Zacarías 8:3 se lee:


“Dice el Señor:
-- Regresaré a Sión y viviré en Jerusalém,
la cual será llamada Ciudad Fiel.
El monte del Señor Todopoderoso
será llamado Monte Santo.”


Como esta es una afirmación muy importante vamos a leerla en otra versión:


“Así dice YaHVéH:
-- Yo he restaurado a Sión,
y moraré en medio de Jerusalém;
y Jerusalém se llamará Ciudad de la Verdad,
y el monte de YaHVéH de los ejércitos,
Monte de Santidad.”
Zacarías 8:3


¡Aleluya!: ¡Dios/Elohim – YaHVéH – afirma que morará en la Sión del mundo venidero/atid lavo la cual restaurará!. Esto es una afirmación revolucionaria.


Y también se dice que “regresará”. Y en efecto Él ya estuvo allí como “YaHVéH es Salvación” (Jesús/Yeshua) el Hijo del Dios encarnado, hace veinte siglos. Y en Jeremías 23:6 se nos dice cual será el nombre con el que lo llamaremos luego de su regreso: “YaHVéH Justicia Nuestra”. Pero no solo cambiará el nombre – que designa la Misión del Hijo - sino que en su regreso NO será Dios encarnado, nacido de mujer, sino semejante a los hombres pero resplandeciente de Gloria, tal como lo vio el apóstol Juan en Patmos:


“... vi ...a uno semejante al Hijo del Hombre,
...
Su cabeza y sus cabellos eran blancos
como blanca lana, como nieve;
sus ojos como llama de fuego;
y sus pies semejantes al bronce bruñido,
...
y su voz como estruendo de muchas aguas.
... y su rostro era como el sol
cuando resplandece en su fuerza.”
Apocalipsis 1:12 -16


Ahora bien ¿será la Sión venidera igual al lugar que hoy llamamos Sión que en realidad es una conjunción de tierra y pueblo - en donde estaba la antigua Canaán, la que fue legada como herencia perpetua a Abraham y su descendencia ? ¿Podrá Dios/Elohim – YaHVéH - morar en esta Sión confusa y polvorienta de hoy? En Isaías 65:17 se afirma que en esos días habrá “nuevos cielos y nueva tierra”:


“Porque he aquí que yo crearé
nuevos cielos y nueva tierra;
y de lo primero no habrá memoria,
ni más vendrá al pensamiento."


De hecho la tierra que hoy existe será completamente destruida con sus obras (ver "Última Llamada")


Y en el pasaje que citamos mas arriba – Zacarías 8:3 - se nos dice que el lugar de Su Morada cuando retorne y restaure a Sión será llamado Monte de Santidad (Monte Santo). Y esto no debemos entenderlo en el sentido limitado y retórico con el que hoy llamamos “santo” a algún lugar en esta tierra, sino como una referencia directa a la Santidad del Tres Veces Santo que estará allí y lo impregnará todo.

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* el pueblo santo


Dice Zacarías 8:8 refiriéndose al ISRAEL disperso y desterrado entre las naciones:


“y los traeré,
y habitarán en medio de Jerusalén;
y me serán por pueblo,
y yo seré a ellos por Dios ...”


se está refiriendo al remanente – los redimidos, el ISRAEL DE DIOS - que será congregado de nuevo a la Sión en Gloria del mundo venidero/atid lavo. Ellos son en su enorme mayoría descendencia de Abraham como explicamos en otros lugares de este sitio, pero son renacidos de simiente no corruptible "por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre" (1 Pedro 1:23). Y es que si Dios mora literalmente en medio de su pueblo este solo puede ser un pueblo santo, incorrupto. Por eso es necesario que antes “esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad” (1 Corintios 15:53) para entrar en el Reino de Dios venidero y morar en su presencia. El ISRAEL DE DIOS – los redimidos, el remanente – es nacido de lo alto a semejanza del Señor que es el “segundo” modelo de hombre al cual nos conformaremos:


“El primer hombre es de la tierra,
terrenal (hecho del polvo);
el segundo hombre es del cielo.
... y como es el celestial,
así son también los que son celestiales.”
1 Corintios 15:47


De este modo, con cuerpo celestial e incorrupto acudiremos primero a las bodas del Cordero en el cielo – esta es otra actividad que se nos dice que se desarrollará en el cielo aunque no podemos exactamente discernir la escena - y luego volaremos de vuelta a la Sión en Gloria venidera con nuestro Esposo recobrado. Nuestro nuevo matrimonio con YaHVéH en lo alto (de donde renacimos) sustituirá al primero, el que hicimos con Él en las faldas del monte Sinaí, que fue invalidado (Jeremías 31:32).

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* el sacerdocio según el orden de Melquisedec


El rey Uzias fue uno de los reyes “buenos” de Judá, gobernó con buen juicio, realizó grandes obras y fortaleció de muchas maneras su reino. Pero:


“cuando llegó a ser fuerte,
su corazón se hizo tan orgulloso
que obró corruptamente,
y fue infiel al SEÑOR su Dios,
pues entró al templo... para quemar incienso...
Entonces el sacerdote Azarías entró tras él,
y con él ochenta sacerdotes del SEÑOR...
y se opusieron al rey Uzías,
y le dijeron: "No le corresponde a usted
...quemar incienso al SEÑOR,
sino a los sacerdotes...Salga del santuario,
porque usted ha sido infiel ...
Pero Uzías, con un incensario en su mano ...
se llenó de ira; y mientras estaba enojado
contra los sacerdotes,
la lepra le brotó en la frente"
2Cr 26:16-19


Y así perdió su trono, fue separado de su cargo. Es que la actividad de rey y la de sacerdote estaban rígidamente separadas y si un rey tomaba el lugar del sacerdote actuaba locamente, como un necio o un infiel de corazón corrupto. Y la ira de Dios se descargaba sobre él. Algo similar ocurrió con Saúl – el primer rey de ISRAEL – cuando no esperó a Samuel y el mismo ofreció el holocausto antes de la batalla contra los filisteos. Ese mismo día perdió su unción real según se cuenta en 1 Samuel 13:9-14, y sería sustituido por David, un hombre "según el corazón de Dios".


Otra cosa sucederá en el Reino venidero: el Rey será también Sumo Sacerdote, de la misma forma que Melquisedec era “... rey de Salem y sacerdote del Dios altísimo” y bendijo a Abraham que le dio los diezmos del botín de la batalla. (Génesis 14:18-19). En Melquisedec no había conflicto entre su calidad de rey y su ministerio sacerdotal del Dios Altísimo. Y se nos dice que sacó “pan y vino”, los elementos que el Señor nos dejó para hacer memoria de Él. Y del Rey y Sumo Sacerdote venidero se dice:


“El edificará el templo de YaHVéH,
y él llevará gloria,
y se sentará y dominará en su trono,
y habrá sacerdote a su lado;
y consejo de paz habrá entre ambos.”
Zacarías 6:13


Este es el sacerdocio según el orden de Melquisedec: el rey dominará sentado en su Trono que estará en el Templo por Él edificado, y a su lado habrá sacerdote y “consejo de paz” entre ambos. ¿Y quienes serán esos sacerdotes que compartirán el trono de la Sión venidera?:


“...Jesucristo...el soberano de los reyes de la tierra... nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre”
(Apocalipsis 1:5 -6)


y ese día se cumplirá:

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"Una sola cosa le pido al Señor, y es lo único que persigo:
habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida,
para contemplar la hermosura del Señor
y recrearme en su templo."
Salmos 27:4

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* ¿entonces cuál es el destino eterno de los redimidos?


Sabemos - como ya señalamos - que en primer lugar participarán de las bodas celestiales del Cordero como su Novia fiel y santa para siempre. Para eso recibirán un cuerpo glorificado -celestial e incorrupto - y serán arrebatados al cielo. Tanto los muertos en Cristo de todos los siglos de la gracia como los fieles “que hayamos quedado” el día determinado en que Dios/Elohim -YaHVéH – juzgara este mundo (y que está cercano). En esta gloriosa ceremonia los redimidos recobraremos la condición de Esposa (como Gomer, la prostituta, fue tomada de nuevo en casamiento por Oseas esta vez pura y fiel).


¿Y después? En Apocalipsis 19:11-14 se nos dice lo que pasará luego de aquella boda:


"Entonces vi el cielo abierto,
y había un caballo blanco.
y el que lo montaba...estaba vestido
de una ropa teñida en sangre
y su nombre es: La Palabra de Dios.
Los ejércitos celestiales,
vestidos de lino finísimo,
...lo seguían en caballos blancos.
Apocalipsis 19:11-14


Los que fuimos salvos por la sangre expiatoria del Verbo de Dios descenderemos con Él sobre Jerusalem y allí moraremos luego de que sea restaurada.


La Sión en Gloria venidera poco tendrá que ver con la llamada “tierra santa” de hoy: será tan diferente como los redimidos en cuerpos celestiales lo son de lo que fueron en cuerpos carnales. En Isaías 4:5 se nos dice que la Sión restaurada estará cubierta por la Gloria de YaHVéH “como un dosel”. También leemos:


"Toda la tierra se volverá como llanura...
al sur de Jerusalém; y ésta será enaltecida,
y habitada en su lugar...”
Zacarías 14:10


La geografía al sur de Jerusalem de hoy es encrespada, erizada de montes y valles. Y la propia ciudad de Jerusalem esta enclavada en un paisaje escabroso. Pero nada será así en la Sión venidera: habrá una llanura fértil al sur de Jerusalem y esta será reconstruida en una meseta elevada sobre esa llanura. En otros estudios de este sitio describimos postales de esta resplandeciente Sión en Gloria (muy difícil sin embargo de imaginar con nuestra mente finita). Pero este destino de los redimidos ¿es cielo o tierra? Recordemos las características del cielo que mencionamos al principio:


1) es el lugar en donde Dios mora,
2) todo tiene allí una naturaleza espiritual
3) nada impuro o corrupto puede entrar en el
4) el Trono de Dios está en el Templo.


Si repasamos lo que hemos venido señalando mas arriba veremos que todas estas cosas se cumplen en la Sión en Gloria venidera. Ella será en todo de una naturaleza celestial (nota 2). De modo que lo que nos enseñaron a creer de niños con fe sencilla es verdad. Y si a esto añadimos que no será ésta la última etapa, sino que aun nos aguarda la Nueva Jerusalem que desciende del cielo ataviada como Esposa (Apocalipsis 21:1), mil años después de que haya comenzado nuestra residencia gozosa en la exaltada Sión en Gloria, mas comprendemos que el destino de los redimidos son las delicias celestiales en Su Presencia.

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nota 1): a estos “pocos” se refiere Jesús/Yeshua en Mateo 7:13:


“Entrad por la puerta estrecha;
porque ancha es la puerta,
y espacioso el camino que lleva a la perdición,
y muchos son los que entran por ella”.
(Mateo 7:13)


nota 2): en la oración que nos enseño Jesucristo se dice:


“venga a nosotros tu Reino
hágase tu voluntad así en la tierra cono en el cielo”


es decir, hay algo que pertenece al cielo que descenderá a nosotros. Por eso el Reino venidero también se llama Reino de los Cielos. Y siendo la Sión en Gloria venidera – la “nueva tierra” - homogénea con el cielo allí solo se hará Su voluntad.


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